Todo el mundo conoce este tipo de galletas (quién no recuerda la forma tan curiosa que tenían de comerse...), y a casi todos nos encantan, debido a su nata interior y al sabor tan característico de la galleta.
Si buscáis por internet, descubriréis que hay mil y una formas de preparar tartas de Oreo. Sin embargo, esta que os presentamos hoy (la cual descubrimos gracias al blog Cocinando con Lily), según mi opinión, es la forma mas original y sencilla de hacerla. El resultado final (como descubriréis vosotros mismos cuando la preparéis) sorprenderá a todo el mundo, tanto por su sabor y textura como por la presentación.
Si buscáis por internet, descubriréis que hay mil y una formas de preparar tartas de Oreo. Sin embargo, esta que os presentamos hoy (la cual descubrimos gracias al blog Cocinando con Lily), según mi opinión, es la forma mas original y sencilla de hacerla. El resultado final (como descubriréis vosotros mismos cuando la preparéis) sorprenderá a todo el mundo, tanto por su sabor y textura como por la presentación.
Nosotros la preparamos por primera vez como el postre de una cena a la que venían familiares como invitados. Y aunque al principio parecía que solo les iba a gustar a los mas pequeños, en cuanto empezamos a probarla los adultos...¡no quedo ni un trozo!
Sin mas demora, vamos a empezar con la preparación de esta deliciosa y original Tarta Oreo. A ponerse el delantal y a cocinar!
La cantidad de ingredientes que indico a continuación, son los adecuados para un molde desmontable de 26 cm. Podéis usar menos cantidad de todos los ingredientes, o un molde mas pequeño. El sabor no variará nada, lo único que será diferente será la altura de la tarta, así que ya ese aspecto, lo dejo en vuestras manos.
Ingredientes:
- 300 gr de galletas Oreo
- 100 gr de mantequilla
- 300 gr de chocolate blanco
- 2 brick de nata para cocinar (2 x 200 ml)
- 2 vasos de leche
- 2 sobres de cuajada
Preparación:
- Primero, separaremos de todas las galletas el relleno. Reservamos por un lado dicho relleno, y por otro la galleta (la parte negra de las Oreo).
- Una vez acabado, trituraremos las galletas que hemos separado del relleno, hasta dejarlo muy fino. CONSEJO: Si fuera necesario, pasaremos por el colador y lo tamizamos, de forma que se quede en forma de polvo, sin trozos.
- Una vez tengamos todas las galletas trituradas, reservamos medio vaso para la decoración final.
- Derretimos la mantequilla, y la unimos con el polvo de galleta y removeremos con un tenedor, hasta que quede todo bien unido (se formara una especie de pasta negra compacta). Con esta mezcla formaremos la base de la tarta, vertiéndolo sobre el molde y aplastando. Intentaremos que quede todo distribuido de manera uniforme aplastando con una cuchara (tendremos especial cuidado en que los bordes queden bien cubiertos, de forma que cuando vertamos la tarta, no se salga del molde).
- Formada la base, lo meteremos en la nevera para que se enfríe mientras seguimos con el resto de pasos.
- Rellenamos dos vasos por la mitad con leche, y disolvemos un sobre de cuajada en cada uno, removiendo hasta que no queden grumos. Reservamos.
- En un cazo vertemos el vaso de leche que falta, el chocolate blanco partido a trozos, la nata y el relleno de las Oreo que teníamos reservado. Sin dejar de remover (y a fuego medio), lo llevamos a que comience a hervir. Nada mas que rompa a hervir, vertemos los vasos en los que hemos disuelto la cuajada, y sin dejar de remover, volvemos a dejar que comience a hervir. En este momento, retiramos del fuego.
- Sacamos el molde de la nevera con la base preparada, y con ayuda de un cazo o una cuchara, vertemos la mezcla poco a poco (esto lo hacemos para que no se abra la base al caer la mezcla caliente de golpe). Dejamos enfriar unos 30 minutos.
- Con ayuda de un colador, iremos esparciendo por encima la galleta triturada que teníamos reservada, con el fin de que la capa superior quede cubierta en todos los lados por la galleta. Esto hará que la tarta final tenga un aspecto de galleta oreo: negro arriba y abajo y en el centro la crema.
- Dejaremos enfriar en el frigorífico un mínimo de 2 horas antes de desmoldar. Nosotros la preparamos de un día para otro, dejándola en la nevera casi un día completo.
¿Que os ha parecido la receta? Es una tarta que lleva algo de tiempo preparar, pero nada complicada, y el resultado final merece verdaderamente la pena. Os encantará a todos y si tenéis invitados en casa, ¡los dejareis impresionados!
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