¿Alguna vez os habéis parado a pensado en la cantidad de recetas de bizcochos puede haber? Y todas diferentes y a la vez tan parecidas... Somos muchos los que hemos comenzado en el mundo de la repostería con un bizcocho (seguramente que el conocidisimo bizcocho de yogur), y por este motivo, le tenemos un especial cariño a estos dulces tan esponjosos y tan versátiles. Los hay de múltiples sabores, con ingredientes tan diferentes y con formas de preparaciones también distintas, que si quisiéramos, podríamos preparar uno diferente en cada ocasión.
Sin embargo, todos tenemos un bizcocho al que le tenemos especial cariño, ya sea por ser el primero que realizamos, o porque nos queda mejor que el resto. Este que hoy compartimos con vosotros, esperamos que para muchos se convierta en ese bizcocho especial, y es que es tan sencillo y lleva tan pocos ingredientes, que muchos le cogeréis un especial cariño.
Según mi punto de vista, creo que es un bizcocho perfecto para que os lancéis a este mundo tan apasionante. La sencillez, junto con el resultado tan espectacular, hace que poco a poco queráis seguir probando cosas nuevas y cada vez mas técnicas. Os cuento esto por que es lo que nos paso a nosotros: un día nos dio por preparar un bizcocho sencillo (no es este que os presentamos, pero era muy parecido) y poco a poco nos fue picando el gusanillo de la repostería... Así que ánimo delantaler@s y descubriréis que todos podemos cocinar postres tan ricos como este!
Y pese a que hemos comentado que es un bizcocho perfecto para principiantes, creo que no solo esta pensado para ellos. Todos y todas, incluso los que ya estáis mas metidos en este mundo, deberíais probarlo. Están muy bien las técnicas modernas y platos originales, pero creo que no debemos olvidarnos de que la sencillez muchas veces no está reñida con el sabor. Este es el ejemplo perfecto!
Ya comenzamos con la receta, para que comprobéis que todos podemos llevar un maestro repostero dentro. A por los delantales y a cocinar!
Ingredientes (molde 21 cm):
- 200 ml de nata para montar
- 150 gr de azúcar
- 3 huevos
- 200 gr de harina de repostería
- 10 gr de levadura (poco mas de medio sobre)
- Unas gotas de esencia de vainilla
Preparación:
- Batimos los huevos, la nata y el azúcar con las varillas hasta formar una mezcla homogénea.
- Añadimos las gotas de esencia y continuamos removiendo.
- Iremos echando la harina y la levadura, previamente tamizadas, poco a poco mientras continuamos batiendo, de modo que no nos quede ningún grumo.
- Precalentamos el horno a 180º arriba y abajo (al meterlo, solo dejaremos el calor abajo)
- Engrasamos y enharinamos el molde y verteremos la mezcla que teníamos preparada.
- Lo llevamos al horno durante aproximadamente 25-30 minutos, o hasta que comprobemos que esta en su punto pinchandole con un cuchillo o palillo y salga limpio.
- Sacamos y dejamos enfriar.
- Podemos decorarlo con un poco de azúcar glas por encima.
¿Que os ha parecido? Mas fácil y rico no puede ser. Ahora solo queda que todos lo preparéis en vuestra casa, ya que en esta ocasión no tenéis excusas de falta de tiempo o de no tener los conocimientos necesarios.
Un saludo a tod@s y buen provecho!
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